Computerspielemuseum: los alemanes que luchan por convertir a los videojuegos en historia
Martin Scorsese suele recordar una anécdota para explicar el motivo para que pusiera en pie su organización The Film Foundation , y tiene que ver con Marilyn Monroe. Este treintañero católico estaba viendo un ciclo de dos películas de la querida actriz, La tentación vive arriba y Niagara. Dos obras que no tenían más de 15 años en el momento en que él las observaba y que, sin embargo, su soporte había envejecido tanto que los proyeccionistas hicieron esfuerzos de todo tipo por corregir el color en pantalla, cosa que no consiguieron. “Te estás perdiendo la narración, te estás perdiendo las actuaciones. La imagen de la película es un fiasco”, explica el director de Casino y Toro Salvaje como catalizador de su pasión por la preservación fílmica , un trabajo necesario y que cada vez más los amantes de la historia del arte entienden como algo urgente. Se estima que a día de hoy más del 75% de las películas anteriores a 1929 se han perdido para siempre , y las cualidades fotoquímicas del