Es la hora de micropagar: por acceso a contenidos exclusivos, por visibilidad en un chat de livestreaming y con el porno por delante
Hasta no hace mucho, si querías ganar dinero con tus creaciones en Internet lo importante era que la gente te viera, te leyera, te escuchara. Porque sólo si la gente llegaba a ti en masa, las marcas se interesarían por tus cifras de audiencia y te ofrecerían su colaboración. La audiencia no como fin en sí misma, sino como medio para llegar a una marca y con eso ganar dinero. No es que el modelo de publicidad haya dejado de ser mayoritario, pero quienes quieran vivir de sus contenidos distribuidos a través de Internet tienen una alternativa (mejor) a depender de sus anunciantes: el pago por contenidos y, más concretamente (y lo que es más novedoso), los micropagos por contenidos . Piensa en Patreon y en esa suscripción de 3 euros al canal de ese chico que analiza aventuras gráficas. Es un micropago. Piensa también en esas pequeñas explosiones de luz y color que salen en los chats de Twitch mientras el streamer de turno revienta oponentes con una bazuca. Micropago. O piensa en verd