Vigo, la ciudad de las luces de Navidad... y las "mil" rampas, cintas y elevadores mecánicos
Con su cegador despliegue de luces led —11 millones, tantas que, como le gusta bromear a su alcalde, Abel Caballero, el chorro de luz se puede apreciar incluso desde la Estación Espacial Internacional —, Vigo va camino de convertirse en la nueva capital de la Navidad . En competencia con Laponia, Londres, París o Nueva York —desde donde el New York Times ya ha tirado de las orejas a la ciudad gallega por su derroche en plena lucha contra el cambio climático—, Vigo pugna por ser el "hogar" de las fiestas. Tanto, que hasta lo ha acuñado como eslogan. Antes que referente de la Navidad, sin embargo, Vigo era, es y seguirá siendo la ciudad de las cuestas , la de las subidas dignas del Lombard Street de San Francisco. Nacida entre montañas y las aguas del Atlántico, la urbe, en pendiente, no es apta para pantorrillas canijas. El equipo de Abel Caballero lo sabe y por eso desde hace varios años está dedicando un buen pellizco de fondos —gran parte de las arcas europeas— a revol