De la necesidad, virtud: cómo España se ha puesto a la cabeza en I+D de la energía eólica flotante
A pesar de que España es el quinto país del mundo en potencia eólica instalada, si hablamos de energía eólica offshore (o marina) nos damos cuenta de que todavía está todo por hacer . El principal motivo es la complejidad técnica (aunque también el esfuerzo económico) que supone instalar aerogeneradores de este tipo en nuestro país. Y es que, al contrario de lo que ocurre en las aguas de muchos de nuestros vecinos europeos, en España no tenemos una plataforma continental adecuada para este tipo de tecnología: a poco que nos alejamos de la costa, la profundidad de las aguas crece de forma notable, lo que impide poder instalar aerogeneradores fijados al subsuelo marino. La consecuencia es que, salvo contadas excepciones, España necesita utilizar aerogeneradores flotantes si quiere desarrollar su potencial eólico marino. Y esta tecnología, a diferencia de la anclada al subsuelo marino, requiere de mayor inversión económica y está todavía en proceso de desarrollo. Para muestra, un bot