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Hoy por hoy, no se puede entender la economía moderna sin el cambio climático y la innovación tecnológica

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¿Por qué, a pesar de todo, el mundo sigue creciendo? ¿Cómo lo hace? ¿Cuándo dejará de hacerlo? No tenemos una respuesta firme para ninguna de estas preguntas. De hecho, son cuestiones que persiguen a los economistas desde hace décadas. Por eso, lo que sí sabemos es que esas preguntas son fundamentales para ganar el futuro. Paul Romer y William Nordhaus son dos personas muy distintas con trabajos muy distintos. Sin embargo, tienen una cosa en común: han visto que la pregunta sobre el crecimiento esconde una forma de entender "las contradicciones del corazón del capitalismo". Romer y Nordhaus "proporcionan conocimientos fundamentales sobre las causas y consecuencias de la innovación tecnológica y el cambio climático ". Y eso bien vale un Nobel. El clima económico No solemos hablar sobre el premio Nobel de economía. Sin embargo, este año hacemos una excepción porque el tema lo merece: William Nordhaus y Paul Romer se llevan el premio por "diseñar método

El Amazonas ardiendo: así se convierte uno de los pulmones de la Tierra en una fuente importante de calentamiento global

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Entre 2015 y 2016 ardieron casi un millón de hectáreas de la selva del Amazonas. El fuego, visto perfectamente desde el espacio, liberó a la atmósfera unas 30 millones de toneladas de dióxido de carbono , uno de los principales gases de efecto invernadero. Esta cifra, además, es unas cuatro veces mayor que la suma de todos los incendios a nivel global para las mismas fechas . Esto es un problema mucho mayor de lo que esperaban los investigadores. Según describían en un reciente estudio , es hora de tener en cuenta estos incendios si queremos combatir el calentamiento global de manera efectiva. El problema ya no solo es la deforestación, sino el fuego Desde 1970, la superficie de la selva que rodea al Amazonas, el mayor bosque tropical de la Tierra, ha perdido cientos de millones de hectáreas debido a la deforestación. De más de 2.000 millones de toneladas de CO2 que era capaz de absorber hace unos 20 años , ahora mismo se estima que su capacidad está por debajo de los 1.000 mil

Crecen las dudas alrededor del caso Bloomberg sobre los chips espía en servidores de Apple

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Es posible que, de confirmarse, estemos ante la noticia de ciberseguridad de la década. Pero aún quedan muchas incógnitas por resolverse. Y con el paso de los días surgen nuevas informaciones que ponen en duda la veracidad del reporte original de Businessweek / Bloomberg . Según su artículo, alrededor de 30 compañías tecnológicas entre las que se encuentran Apple y Amazon, así como varias agencias gubernamentales y de seguridad estadounidenses habrían visto sus servidores comprometidos mediante un diminuto chip espía. El chip, implantado en el proceso de fabricación de algunos contratistas asiáticos de Super Micro , compañía californiana que comercializa los servidores supuestamente afectados, permitiría acceder remotamente a las comunicaciones y datos de las compañías. Algo así como una especie de ventana secreta de la que nadie se había dado cuenta. Este espionaje estaría dirigido desde los servicios secretos chinos y centrado en favorecer a sus empresas locales mediante el e

Experiencias de un ingeniero español que presenció desde dentro algunos de los logros y peripecias más sorprendentes de NASA y ESA

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Aunque hace ya once años que Alberto Martos se jubiló, después de casi cuatro décadas de carrera en las estaciones que NASA y ESA tienen en Madrid, su mirada sigue siendo la de alguien ansioso por continuar aprendiendo y embarcándose en nuevas expediciones. Basta hablar unos minutos con él para darse cuenta de que adora la ciencia y la tecnología, como el ingeniero técnico de telecomunicación que es, pero también, y con la misma pasión, la historia y la música. Alberto comenzó su andadura en 1970, en la estación que NASA aún hoy tiene en Robledo de Chavela, una apacible localidad situada a escasos sesenta kilómetros de la capital. Esa incipiente década se erguía imponente ante NASA, que se encontraba enfrascada de lleno en el programa Apolo y con la ambición de demostrar la superioridad tecnológica estadounidense frente a una Unión Soviética a la que ya había aventajado al colocar, en 1969, al primer hombre sobre la Luna. El gobierno estadounidense quería demostrar la superi