Naves de dos kilómetros de largo y cargas de 20.000 kilos: estos científicos quieren crear una nueva edad de oro de los dirigibles
La era de los zepelines que cruzaban el Atlántico acabó, abruptamente, el seis de mayo de 1937 en una estación aeronaval de Nueva Jersey. Ese día, el Hindenburg , la aeronave más grande jamás puesta en circulación, ardió por completo en menos de 40 segundos matando a 35 personas . Fue el mismísimo Adolf Hitler quien, tras una investigación, ordenó discontinuar con los dirigibles comerciales mientras decenas de países prohibían el uso de hidrógeno en aeronaves. Se ponía fin a una historia de amor e ingeniería que había durante casi medio siglo . Pese a todo, los dirigibles nunca se fueron del imaginario colectivo y, en estos 80 años, muchos se han preguntado qué hubiera pasado si aquellos colosales zepelines hubieran seguido vivos. Ahora, puede que esta pregunta haya dejado de un argumento de ‘ historia alternativa ’ y retrofuturismo para convertirse en un futuro técnicamente plausible . ¿El renacimiento del Zeppelin o simples castillos en el aire? Y es que, estos días, un artíc