Cuando una empresa puede conocernos mejor que nadie gracias al reconocimiento facial y sin poder negarnos: el desafío legislativo
Hace diez años, mucho antes de caernos del guindo respecto a las intenciones de Facebook , etiquetábamos a nuestros contactos en las fotos, y además específicamente encima de su rostro. "Para que cualquiera que vea la foto pueda saber quién es quién", pensábamos. Poco después, Facebook empezó a sugerir los nombres de las personas que estaban en cada foto. Parecía cómodo y apropiado, pero pasó a tener una cara B perversa: gracias a los algoritmos creados por los talentosos ingenieros de Facebook, y a la enorme base de datos entrenada por nosotros mismos durante años, la empresa había desarrollado DeepFace , que reconocía identidades específicas gracias a rostros con casi un 98% de precisión. Eso era en 2014. En Xataka 30 horas detenido por el error de un algoritmo: primer caso de un hombre falsamente acusado por el reconocimiento facial "Con el reconocimiento facial, una empresa puede saber si un chico de 15 años es gay antes incluso que él mismo" En los