El CERN continúa reinventándose para elaborar nueva física: estas son las dos estrategias que le permitirán ir más allá del bosón de Higgs
El gran colisionador de hadrones (LHC) es la máquina más grande construida hasta ahora por el ser humano. Y también es una de las más complejas. A este acelerador de partículas ubicado en las instalaciones del CERN, en la frontera entre Francia y Suiza, no solo le debemos el descubrimiento del bosón de Higgs ; también muchos otros hallazgos que no han tenido tanta trascendencia en los medios de comunicación, pero que también están ayudando a los científicos a elaborar nueva física . El volumen de datos que generan los detectores, que son las máquinas que se encargan de leer y recoger la información originada durante las colisiones de los protones, es sobrecogedor. Durante un año de trabajo CMS, ATLAS, ALICE, LHCb, TOTEM, MoEDAL y LHCf, los siete detectores con los que cuenta el LHC, entregan a los investigadores varias decenas de millones de gigabytes de información que es necesario procesar y analizar minuciosamente para extraer nuevo conocimiento. Durante un año de trabajo los de