Miles de personas se desplazaban por el mundo en barcos de mercancías. Hasta que llegó la pandemia
Aviones, cruceros, trenes, coches, autobuses… Y buques cargueros. Si quieres atravesar el Atlántico o el Pacífico y no acaba de convencerte lo de surcar los cielos a más de 10.000 metros de altura o buscas una opción que reduzca tu huella de carbono, tienes a tu alcance los navíos de carga. Sí, los mismos que recorren los océanos hasta arriba de contenedores y mercancías. No es una opción popular, no está pensada para grandes grupos ni tampoco es barata —lo de pagar dando el callo con el resto de la tripulación ya no se lleva—; pero está entre las alternativas para desplazarse. O lo estaba, al menos. Igual que ha ocurrido en otros muchos ámbitos, la crisis ha pasado factura al sector y llevado a los negocios que se encargan de gestionarlo a una situación extrema. Qué es y cómo funcionan exactamente . Las rutas a bordo de navíos de carga están muy lejos de ser la opción más popular entre los viajeros, pero ofrecen una alternativa a quienes prefieren no coger un avión o buscan vivir