Japón tenía un problema con los atropellos ferroviarios de ciervos. Así que creó trenes que ladran
Pocas naciones tienen una relación tan especial con los ferrocarriles y con los animales como Japón . ¿Qué sucede cuando sumamos ambos elementos? Si queremos quedarnos con el lado positivo de las cosas, gatos como jefes de estación y trenes con forma de perro . Si optamos por el lado prosaico y necrológico de la existencia, más de 600 ciervos atropellados cada año en las vías del tren. Sucede de forma habitual: resulta que, según varios estudios , los ciervos se sienten atraídos a la infraestructura ferroviaria por la necesidad de incluir hierro en su dieta. Chupan la catenaria y las vías sobre las que circulan los trenes entre el atardecer y el inicio de la noche. ¿Problema? Los trenes no se detienen cuando se topan a un puñado de ciervos en su camino: los atropellan, matando a la mayoría de ellos, incapaces de reaccionar a tiempo. Para Japón la situación era un problema, no sólo por los pobres cérvidos, sino también por los desperfectos (y peligros) generados de los trágicos enc