Pixel 2 XL tras un mes de uso: la cámara me enamoró, la pantalla me rompió el corazón
Un año más, Google se ha adentrado en el terreno del hardware con una nueva entrega de su smartphone ‘made by Google’ y, esta vez sí, ha llegado a más países. Pero el que se perfilaba como el móvil Android definitivo ha tenido un lanzamiento, no diré desastroso, pero sí bastante agridulce. El Pixel 2 XL tiene una de las mejores cámaras del año (la mejor según DxOMark), un diseño más estilizado, un perfil técnico al nivel de lo que se espera de un buque insignia en 2017 y ofrece algo que ningún otro competidor tiene: experiencia Android en estado puro y con las últimas innovaciones. Sólo hay un pero: la pantalla. Ay, la pantalla... Cuando llega un smartphone muy esperado, el tamaño de la lupa bajo la que se analiza es directamente proporcional al de la expectación que despierta. Lo hemos visto muchas veces; con el bendgate del iPhone 6s Plus, con el tinte rojo en las pantallas del Galaxy S8 y ahora le ha tocado el turno a la polémica pantalla del Pixel 2 XL. El que iba a ser el A