Telefónica está buscando su lugar: los primeros resultados de Murtra son sólidos, pero su relato sigue siendo débil
Telefónica ha publicado los resultados de un primer trimestre que, sobre el papel, debería satisfacer al mercado:
- Suben ingresos (+1,3% orgánico).
- Mejoran márgenes en sus grandes mercados: España, Brasil y Alemania.
- Reduce deuda.
- Y reduce CapEx.
Pero el beneficio neto de operaciones continuadas cae un 26% y el flujo de caja libre es negativo.
El resultado: una empresa que avanza, pero no despega.
Sí, pero. El desplome contable lo definen casi en su totalidad la salida de Argentina y la huida de Perú: 1.731 millones de euros menos. Era algo anticipado.
Sin embargo, no es solo un asunto contable: Telefónica crece menos de lo que recorta. Y eso pesa. El margen mejora por las desinversiones, pero no por una mejor explotación de sus activos. Eso sí, un dato importante: Telefónica está ganando más por cada euro que invierte, con un crecimiento del 0,4% en su rentabilidad operativa.
Entre líneas. Es una paradoja latente: Telefónica vale menos pese a ser ás eficiente que antes. Gana menos, pero gestiona mejor. Sus fundamentales mejoran, pero no su relato. Tampoco su cotización, que ha vuelto a máximos de los últimos tres años pero aún no llega al despegue vertical.
El mercado busca en una gran teleco algo más que simple ejecución: quiere visión, impulso, crecimiento.
Marcando agenda. Telefónica Tech, la división de desarrollos tecnológicos a la que se encomienda la empresa para ser percibida como una tecnológica y no como una simple teleco, ha vuelto a crecer por encima del grupo (+6,6%) y su facturación anualizada ya equivale a una mediana del IBEX: 2.100 millones de euros.
Pero Telefónica sigue sin desglosar su rentabilidad ni presentarla como una unidad autónoma. Así que sigue siendo relativamente invisible. Es un activo prometedor encerrado en una vitrina opaca. Es su división más alineada con el futuro, pero la menos visible para analistas.
- Falta un mejor escaparate, o al menos uno más claro, para Telefónica Tech. Sin un relato autónomo ni cuentas separadas, el mercado difícilmente puede ponerle precio.
En detalle. En España, Telefónica ha logrado consolidar lo que antes parecía improbable: crecer. Continúa así la buena inercia lograda por Emilio Gayo, ascendido a CEO. Los ingresos y el margen han subido en torno a un 2%, los terminales despegan con casi un 18% más, y el churn –tasa de cancelación– se mantiene estable en un 0,9% pese a las subidas de precios.
Por otro lado, el acuerdo con Vodafone para el despliegue de Fiberpass suma 3,65 millones de hogares potenciales.
- El ARPU convergente (el ingreso promedio por cliente de paquetes combinados) sube a 92,3 euros, el mayor del grupo.
- Ese es el usuario premium, el que más paga, y el que más cuesta perder.
- Ninguna otra región donde tiene presencia Telefónica se acerca a un ARPU así.
- España ya no es una rémora sino un motor, el negocio vuelve a respirar en casa.
El ARPU es, en cualquier caso, un termómetro de la salud comercial de una empresa. Y de su capacidad para revalorizarse desde dentro.
La gran pregunta. ¿Por qué Telefónica no revaloriza, si ejecuta bien? Posiblemente porque la ejecución sin ilusión no basta. Porque el crecimiento percibido importa tanto como el real. Y porque sin narrativa, los números no brillan.
Y de eso se trata: de brillar.
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La noticia Telefónica está buscando su lugar: los primeros resultados de Murtra son sólidos, pero su relato sigue siendo débil fue publicada originalmente en Xataka por Javier Lacort .
Fuente: Xataka
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