Quería dormir mejor, así que decidí probar el último rincón del lujo: una almohada de 500 euros hecha con plumón siberiano
Más de una vez me he preguntado qué se siente al usar productos de lujo extremo. ¿Realmente merece la pena pagar diez, quince o veinte veces más por algo que, en teoría, hace lo mismo que su equivalente barato? ¿Qué sensaciones experimentas cuando usas una almohada de más de 500 euros ? Como unos auriculares para dormir tampoco solucionaron mis problemas de sueño , me pareció oportuno probar durante unas semanas la almohada más cara que he visto nunca y contar qué tal a mi apreciado público de Xataka . Al menos esta vez es una experiencia placentera, sin tener que pinchar nada en mi piel ni dar el cante con un exoesqueleto . Vamos al lío. El primer contacto Esa es otra. ¿Cómo llega empaquetada una almohada tan cara? No con un gran lujo, pero sí con mayor solemnidad que las que usamos los mortales. Transmite que se anticipa algo caro. Dentro, la almohada Asana. El modelo recibido: 90x50 centímetros de plumón de oca de Siberia que cuesta 510 euros . Lo mismo que me costó el Garmin...