Cada vez más gente acusa a Spotify de inflar artificialmente sus escuchas. No hay manera de comprobar las cifras

Cada vez más gente acusa a Spotify de inflar artificialmente sus escuchas. No hay manera de comprobar las cifras

Las dudas sobre las cifras de escuchas que maneja Spotify siempre han estado ahí, pero se han incrementado en los últimos tiempos, cuando se ha puesto sobre la mesa la posibilidad de que algunos de sus artistas más escuchados sean en realidad fruto de granjas de bots. De momento no hay nada en firme sobre la mesa, pero si que tenemos algo indiscutible: entre esto y los artistas huyendo en manada Spotify atraviesa una de las mayores crisis reputacionales de su historia. 

La demanda. A principios de noviembre de 2025, el rapero RBX, primo de Snoop Dogg, presentó en California una demanda colectiva contra Spotify que ha abierto un debate incómodo para la industria del streaming. Según el documento judicial, entre enero de 2022 y septiembre de 2025 una cantidad no especificada pero "sustancial" de los casi 37.000 millones de reproducciones acumuladas por Drake en la plataforma habrían sido generadas mediante bots, cuentas automatizadas (que llegan a escuchar a Drake 23 horas al día, algo poco verosímil) y por tráfico procedente de, por ejemplo, Turquía, enmascarado con VPN.

Drake no tiene la culpa. El artista canadiense no figura como acusado (la demanda apunta exclusivamente a Spotify), pero aparece señalado como beneficiario indirecto de este ecosistema donde la supervisión es, por decirlo de forma suave, muy relajada. Lo relevante no es si Drake conocía o no estas anomalías, sino de una cuestión que, de revelarse como cierta, alcanzaría el grado de desfalco estructural: la transparencia sobre las escuchas en Spotify es prácticamente nula.

Cómo (no) funciona Spotify. El principal problema del sistema de Spotify radica en la opacidad que rodea a sus sistemas para detectar fraudes. La compañía nunca ha explicado públicamente los umbrales exactos que activan sus alarmas, ni los criterios que distinguen un pico orgánico de actividad de una manipulación artificial. Esta falta de transparencia genera situaciones detalladas en este artículo: mientras artistas emergentes ven bloqueados sus ingresos por unos pocos miles de reproducciones consideradas sospechosas, anomalías estadísticas de dimensiones colosales pueden persistir durante años.

Mucho fraude. Un análisis realizado en Francia en 2023 estimó que entre el 1% y el 3% de todas las reproducciones del país eran fraudulentas. Si esos porcentajes se extrapolaran globalmente, las pérdidas superarían los 510 millones de dólares. Pero Beatdapp, una empresa especializada en detectar fraudes en streaming, elevó drásticamente esa estimación en 2024: al menos el 10% de todas las reproducciones serían artificiales, lo que implica pérdidas anuales de entre 2.000 y 3.000 millones de dólares.

Otros casos. Estas demandas no nacen en el vacío. Durante 2024 y 2025, varios casos han confirmado que la manipulación de streams y la influencia comercial opaca son problemas habituales en Spotify. Por ejemplo, en 2025, la Autoridad de Competencia de Turquía abrió una investigación formal contra Spotify por presuntas prácticas anticompetitivas. El detonante fueron las denuncias de varios artistas turcos de primera línea que aseguraban que ciertos intérpretes obtenían visibilidad desproporcionada a cambio de pagos directos a editores de Spotify, todo ello combinado con el uso de bots para inflar artificialmente las posiciones en las listas de éxitos nacionales. Spotify inició una investigación interna en lo que es el primer caso de corrupción editorial denunciado por artistas relevantes.

Por otra parte, en septiembre de 2024, un músico de 52 años residente en Carolina del Norte fue acusado de inflación artificial de streams mediante IA. Concretamente, hasta 10 millones de dólares en regalías fraudulentas mediante cientos de miles de canciones creadas con IA que reproducía con hasta 10.000 cuentas bot. Smith dispersaba estratégicamente las escuchas falsas entre decenas de miles de temas para evitar que ninguno acumulara cifras sospechosas. Spotify admite que el fraude operó durante años sin ser detectado.

Cabecera | Amber en Flickr / Alexander Shatov en Unsplash

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Fuente: Xataka
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