Europa ya no depende del gas ruso: depende de algo más difícil de sustituir
Europa acaba de aprender una lección incómoda. Tras la invasión rusa a Ucrania, la Unión Europea se movilizó a una velocidad inédita para cortar el cordón umbilical del gas ruso. Lo consiguió —más o menos, porque ha sido una historia a trompicones — con REPowerEU : nuevas infraestructuras, diversificación de proveedores y ajustes dolorosos pero eficaces. Se vienen los metales . Sin embargo, en segundo plano, se ha consolidado una vulnerabilidad más profunda y difícil de revertir. Como advertía Richard Holtum, directivo de Trafigura, en su columna para Financial Times , "Europa ha dejado de ser dependiente del gas ruso para volverse vulnerable en algo todavía más estructural: sus cadenas de suministro de metales". Y eso, según él mismo, tiene una consecuencia muy simple y muy grave: "Sin metales críticos no hay semiconductores, ni energías renovables, ni equipos militares, ni inteligencia artificial". El continente ha salido de una trampa para adentrarse en un l...