Un chiringuito de Málaga tuvo la feliz idea de sacar a pasear a su robot 'Sardinator'. Hasta que se enteró la policía

Un establecimiento de La Malagueta decidió innovar a la hora de captar nuevos clientes con un robot publicitario que deambulaba por el paseo marítimo, anunciando mojitos, caipirinhas y espetos a cuatro euros. Aunque la idea era llamativa y hacía girar cabezas entre los residentes de la localidad, el Ayuntamiento de Málaga ha frenado la iniciativa. 'Sardinator' no cumple con la normativa municipal y la Policía Local ya ha denunciado al chiringuito.
La jugada del chiringuito. El robot, bautizado como Sardinator, paseaba por el paseo marítimo de La Malagueta invitando a las personas de alrededor a seguir su voz hasta el chiringuito. No era un robot camarero de los que sirven dentro de los locales, sino un dispositivo autónomo diseñado para hacer publicidad en plena vía pública. Anunciaba bebidas y comida mientras se desplazaba, aunque según MálagaHoy, su habilidad para esquivar obstáculos dejaba bastante que desear: "esquiva las papeleras, pero no resulta tan hábil con las personas", llegando incluso a tropezar con algún peatón.
Por qué la policía ha intervenido. Tal y como ha compartido el medio, Elisa Pérez de Siles, concejala de Vía Pública del Ayuntamiento de Málaga, aseguraba que este tipo de robots "no son autorizables" en la ciudad. El uso del dispositivo en el paseo marítimo incumple la ordenanza municipal, motivo por el que se ordenó a la Policía Local levantar acta y denunciar al establecimiento. Aunque en otras ciudades son dispositivos bastante populares, en Málaga "hay una ordenanza que hay que cumplir", señaló la concejala.
La reacción política. El grupo municipal Con Málaga también ha puesto el foco en el asunto. Su concejala, Toni Morillas, presentó un escrito al alcalde preguntando por el robot tras recibir quejas de vecinos que observaron "con estupefacción" el artilugio publicitario. Morillas llegó a calificar la situación como propia de "Málaga, la ciudad sin ley" en sus redes sociales, según informa MálagaHoy, subrayando la preocupación por la falta de control sobre este tipo de iniciativas en la vía pública.
El vacío legal de los robots publicitarios. El caso de Sardinator es algo muy concreto y la legislación española aún no contempla específicamente los robots publicitarios autónomos en una vía pública. Las ordenanzas municipales regulan la publicidad exterior mediante licencias urbanísticas, pero estas normas están pensadas para elementos estáticos como vallas, rótulos o carteles. Muchas ordenanzas prohíben expresamente el reparto o entrega de folletos y publicidad en vía pública, e incluso la publicidad en vehículos en circulación o estacionados salvo excepciones muy concretas.
El boom de robots en hostelería. Sardinator no parece haber tenido la misma suerte que otros robots que sí han tenido una creciente popularidad, como los que trabajan puertas adentro sirviendo en las mesas. En España, los robots camareros se están introduciendo principalmente en restaurantes de comida rápida, cadenas y algunos restaurantes de alta cocina. Ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Sevilla ya han visto la introducción de estos robots en varios establecimientos.
Aquí la diferencia fundamental es que estos robots se mueven en espacios privados controlados, no en la vía pública, lo que evita conflictos de este tipo. Sin ir más lejos, en Málaga, hay varios establecimientos que han incorporado este tipo de robots, aunque nunca fuera del local, como es el caso de Sardinator.
Cómo funcionan. Los robots camareros están diseñados para llevar los pedidos desde la cocina hasta la mesa del cliente, siguiendo rutas ya marcadas y evitando obstáculos. Los fabricantes son mayormente de origen chino, entre ellos PUDU Robotics con sus modelos Bellabot y Kettybot, Orion Star con Lucky, y Keenon, aunque también existen empresas españolas como DAX Robotics con su modelo Delibot y Slimbot. Los precios de los robots camarero oscilan entre los 6.000 y 15.000 euros, y pueden soportar hasta 60 kilos de carga. Están equipados con sensores láser LIDAR y cámaras 3D para moverse de forma autónoma y segura.
Robots como alternativa a la escasez de mano de obra. La escasez de mano de obra en la hostelería española, que afecta a más del 60 % de los negocios, según el Banco de España, hace que este tipo de dispositivos puedan acabar siendo una alternativa eficaz. Aquí no se trata de sustituir al personal, sino de aliviar la carga ante la dificultad para encontrar camareros y personal cualificado, por lo que muchos locales están recurriendo a robots de servicio como apoyo.
Aunque aún no sustituyen completamente la interacción humana ni son rentables para todos los establecimientos, estos robots pueden acabar representando una respuesta pragmática a un problema estructural.
Y ahora qué. El chiringuito de La Malagueta tendrá que volver a los métodos publicitarios tradicionales o buscar alternativas que respeten la normativa. Mientras tanto, 'Sardinator' ha dejado de recorrer el paseo marítimo y su pegadiza promoción de "mojito, caipiriña, daikiri" ya no se escucha por la zona. Demos un minuto de silencio para nuestro simpático amigo.
Imagen de portada | Javier Albiñana
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Fuente: Xataka
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