Hay muchísimos satélites orbitando la Tierra y el peligro de colisión cada vez es mayor: CRASH Clock es la prueba

La órbita baja terrestre está cada vez más próxima a convertirse en la nueva M-30 espacial. Cada año se lanzan más satélites y el riesgo de colisiones que acaben en catástrofe crece exponencialmente. Lo podemos ver de manera mucho más orientativa gracias a un nuevo indicador denominado CRASH Clock (Reloj de Colisión y Daño Significativo). Este indicador advierte de que apenas 2,8 días separarían el momento actual de una colisión grave si de repente nos quedáramos sin sistemas de maniobras de evasión.
La diferencia abismal respecto a 2018. Un equipo de investigadores liderado por la profesora Sam Lawler, de la Universidad de Regina, Canadá, ha desarrollado este indicador para medir el creciente riesgo de colisión en la órbita baja terrestre (LEO, por sus siglas en inglés). El CRASH Clock no es una cuenta atrás hacia el síndrome de Kessler (ese escenario teórico donde las colisiones generan cascadas exponenciales de basura espacial), pero sí refleja lo congestionado que está el espacio orbital y lo rápido que podría empeorar todo ante cualquier fallo en los sistemas de prevención.
El dato más preocupante: en 2018, antes del despliegue masivo de megaconstelaciones satelitales, ese mismo reloj marcaba 121 días. En apenas siete años hemos pasado de cuatro meses de margen a menos de tres días.
Por qué importa ahora. La densidad de objetos en LEO se ha disparado con la llegada de las megaconstelaciones. Starlink, la red de satélites de SpaceX, es el ejemplo más visible. Según un informe presentado ante la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC), sus satélites de segunda generación realizan una media de 44 maniobras de evasión al año. Los investigadores han calculado que esto equivale a una maniobra cada 1,8 minutos en toda la constelación. "No hay magia aquí, simplemente se evitan colisiones moviendo un satélite Starlink cada dos minutos. Esto es malo", contaba Lawler en un hilo de Mastodon.
Gráfico que muestra las probabilidades de colisión catastrófica si los sistemas de maniobras de evasión fallaranEn la zona más densa de LEO, actualmente ocupada por Starlink, se producen aproximaciones a menos de un kilómetro cada 15 minutos. Puede parecer una distancia segura hasta recordar que estos objetos se desplazan a siete kilómetros por segundo.
Dependemos de perfección tecnológica. El sistema funciona... por ahora. SpaceX aplica un umbral de maniobra extraordinariamente conservador: sus satélites toman acción evasiva cuando la probabilidad de colisión supera 3 entre 10 millones, muy por debajo del estándar industrial de 1 entre 10.000. Pero esta eficiencia tiene un precio: una dependencia absoluta de que los sistemas automáticos sigan operando sin fallos.
El peligro real no está en el día a día, sino en los eventos inesperados. Una tormenta solar importante, un fallo de software generalizado o simplemente un error de cálculo podrían desencadenar colisiones en cadena. Los autores del estudio advierten que actualmente estamos "bien dentro de la Zona de Precaución", con una probabilidad superior al 10% de que ocurran colisiones en cualquier periodo de 24 horas si cesaran las maniobras de evasión.
Qué revelan las simulaciones. Los investigadores emplearon dos métodos para verificar sus cálculos: análisis analíticos con datos de catálogos públicos y simulaciones de cuerpos en órbita. En una de las simulaciones, por puro azar, la primera colisión se produjo apenas tres horas después del cese hipotético de las maniobras.
Antes de las megaconstelaciones, la parte más densa de la órbita experimentaba una aproximación menor a un kilómetro poco más de una vez al día. Ahora ocurre más de una vez cada 15 minutos.
La coordinación internacional, clave. Más allá de Starlink, otras megaconstelaciones están en fase de lanzamiento. OneWeb, proyectos chinos, futuros despliegues de Amazon... todos compartirán el mismo espacio orbital. Por ello la comunicación entre todas las agencias, gobiernos e instituciones es fundamental. Pero claro, “¿hablará china con Starlink?”, “¿hablarán los satélites secretos del Gobierno de los Estados Unidos con OneWeb?”, son preguntas que Lawler pone de manifiesto.
Más allá de las colisiones. Los riesgos no se limitan al choque entre objetos. El estudio también señala problemas ya presentes: interrupción de la astronomía observacional, contaminación en la atmósfera, y aumento de los riesgos de víctimas en tierra. "Por estas métricas de seguridad y contaminación, está claro que ya hemos sometido a LEO a un estrés sustancial, y se requieren cambios en nuestro enfoque de manera inmediata", concluyen los autores del paper.
Qué viene ahora. El equipo ha creado una web donde actualizar periódicamente el CRASH Clock y mantener visible esta alerta. No se trata de catastrofismo, aclaran, sino de 'conciencia situacional'. "A corto plazo, una colisión importante se parecería más al desastre del petrolero Exxon Valdez que a un fin inmediato de las operaciones orbitales al estilo Hollywood. Las operaciones satelitales podrían continuar, pero con parámetros operativos diferentes y un riesgo mayor de daños por colisión", contaba Lawler.
Imagen de portada | NASA
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La noticia Hay muchísimos satélites orbitando la Tierra y el peligro de colisión cada vez es mayor: CRASH Clock es la prueba fue publicada originalmente en Xataka por Antonio Vallejo .
Fuente: Xataka
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