China acaba de terminar la presa más alta del mundo. Y lo que menos destaque es que sea tan alta como un rascacielos

China acaba de terminar la presa más alta del mundo. Y lo que menos destaque es que sea tan alta como un rascacielos

China tiene una capacidad bestial para crear estructuras faraónicas. Carreteras imposibles, autopistas con ‘nudos’ infernales, túneles complejísimos y una cantidad ridícula de puentes tan funcionales y esenciales para conectar áreas como ostentosos. Pero de entre todas sus obras de ingeniería civil, las que me resultan más llamativas son las presas. Y, tras la más grande del mundo, ahora tienen una que es tan alta como un rascacielos.

Es la central de bombeo de Zhenjiang, y resulta clave para sumar aún más energía renovable a su contador.

Cifras. El nombre es “Central de bombeo de Zhenjiang/Jurong” y, situada en la provincia de Jiangsu, se ha convertido en el último hito de la ingeniería energética china. El proyecto comenzó en 2017 y, como es costumbre en casi todas estas infraestructuras del gigante asiático, sorprenden tanto sus dimensiones como los tiempos de construcción.

En estos ocho años, han construido la presa de bombeo más alta del mundo, con 182 metros de altura que equivalen a un edificio de 60 plantas. Aparte de por la altura, llama la atención su forma de volcán, con un embalse en la parte superior capaz de almacenar hasta 17.07 millones de metros cúbicos de agua. ¿Contexto? Lo que tienen 6.800 piscinas olímpicas (vale, es igualmente difícil imaginar la cantidad).

Entrañas. No es sólo imponente por fuera. Su sala de máquinas está a 800 metros de profundidad y cuenta con unas dimensiones de 250 metros de largo, 60 de alto y otros 25 metros de ancho. En esta sala están las seis turbinas mixtas y, en total, el proyecto ha establecido una decena de récords en el sector.

Su papel en las renovables. Se estima que la inversión ha sido de unos 9.600 millones de yuanes, unos 1.300 millones de euros, y todo para alimentar a más de 360.000 hogares. Cada una de las turbinas genera 225 MW para un total de 1,3 GW de potencia instalada. Gracias tanto a las dimensiones de las turbinas como al desnivel y fuerza del agua, se estima que consumirá 1.800 millones de kWh anuales durante el bombeo y generará 1.350 millones de kWh durante la descarga.

Es una diferencia de consumo/generación del 25% y, aunque no es una cifra que llame la atención, sí es un hito, pues las instalaciones de bombeo (o reversibles) actuales necesitan saltos hidráulicos de unos 400 metros para operar en las mismas condiciones. Las turbinas de la central de Zhenjiang lo hacen con un salto de menos de 200 metros. Es decir, está optimizada para condiciones de bajo desnivel, pero manteniendo un gran flujo volumétrico.

En resumen, es como una batería gigante, pero con agua. En las horas de baja demanda, la central mueve agua al embalse superior y, durante los picos de consumo, la libera, haciendo que pase por las turbinas a gran velocidad y generando electricidad en el proceso. Según las estimaciones, permitirá ahorrar 140.000 toneladas de carbón al año, lo que supone 349.000 toneladas de CO₂.

Una más en el Yangtsé. Pese a todo lo que representa la central en términos de ingeniería civil y su papel en las renovables, el mayor logro de esta central es que se ha demostrado que es posible construir sistemas masivos de almacenamiento si se crean elevaciones artificiales. En zonas llanas y con orografía desfavorable, la de Zhenjiang demuestra que se pueden crear estructuras de bombeo para echar una mano en los objetivos de descarbonización sin depender tanto de la eólica y la solar.

Wang Chenhui, director del Departamento de Desarrollo de State Grid Zhenjiang Power Supply Company -responsables de la presa-, asegura que “a pleno funcionamiento proporcionará aproximadamente 2,7 millones de kilovatios de capacidad de regulación de potencia bidireccional, aliviando la presión sobre la red eléctrica durante los periodos de carga máxima”. Será una ayuda más para la provincia de Jiangsu que este verano consumió un 6% más de electricidad que en el de 2024, llegando a los 156 millones de kilovatios.

Y también en el Yangtsé se encuentran la mastodóntica presa de las Tres Gargantas y la próxima presa más grande del mundo. La de Zhenjiang no es tan enorme ni genera tanta electricidad, pero sí es la más alta del mundo y, como decíamos, una demostración de que, si el terreno no acompaña, siempre se puede construir una piscina enorme a 190 metros de altura.

Imagen | Ministerio de Recursos Hídricos de la República Popular China

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Fuente: Xataka
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