El Apple Watch 2: con GPS pero sin conectividad independiente

Con geoposicionamiento pero sin conectividad independiente como se pensaba. Así podría ser la segunda generación del dispositivo de muñeca de Apple, el Apple Watch 2, cuya llegada se espera, si se cumplen las previsiones de los analistas, en otoño de este año. Según desvela «Bloomberg», el nuevo modelo incorporará sistema GPS, que vendrá incorporado, para utilizarlo durante las sesiones de actividad deportiva, aunque no contará con conectividad 4G para hacerlo totalmente independiente del dispositivo matriz al que se conecta, en este caso, un iPhone. La decisión, relatan fuentes del medio, se debe a un retraso en la tecnología implantada para hacerlo posible, ya que este tipo de chips consumen excesiva batería, uno de los puntos flacos no solo del Apple Watch sino de la mayoría de este tipo de relojes inteligentes. El Apple Watch 2, no obstante, llegará con mejoras en cuanto a sus servicios de salud y actividad física de cara a aumentar su cuota de mercado en la tecnología «wearable» -vestible, en español-, que lidera junto con Fitbit a nivel global. Según los últimos datos de la firma de análisis IDC, la compañía norteamericana vendió 1.6 millones de relojes (entre abril y junio de este año), menos de la mitad de lo obtenido en el mismo periodo del año anterior. Desde su lanzamiento, las teleoperadoras han instado a Apple a crear una versión del reloj que pudiera conectarse a redes de datos de manera independiente del iPhone. La empresa con sede en Cupertino (California) ha estado trabajando en el último año para lograrlo, ya que de momento se requiere de sincronización con un terminal de la compañía para consultar el contenido y realizar un seguimiento de la ubicación. Esta función, sin embargo, se retrasará hasta la llegada de una nueva generación, prevista como mínimo para un año después. Incluso sin conectividad móvil, Apple prepara un nuevo Apple Watch capaz de determinar con más precisión la ubicación de un usuario por medio de chips GPS que se comunican con los satélites. Esta tecnología permitiría, a su vez, que el dispositivo pueda utilizarse para controlar la actividad deportiva (correr y caminar) y las distancias de una forma más precisa y mejorar la exactitud de los datos presentados de aplicaciones de seguimiento.

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