Cuanto más se sabe del apagón en España, menos culpable parece la falta de inercia por las energías renovables

Cuanto más se sabe del apagón en España, menos culpable parece la falta de inercia por las energías renovables

El histórico apagón que paralizó la península ibérica el 28 de abril sigue generando interrogantes a la espera de un informe oficial. La narrativa que apuntaba a una baja inercia del sistema por la alta penetración de energías renovables como culpable del colapso ha empezado a hacer aguas. Los datos sugieren una concatenación de fallos más complejos, donde la inercia, si bien jugó un papel significativo en su fase final, no parece ser el detonante del cero energético.

Contexto. Hasta ahora, los expertos situaban en el centro del debate la inercia del sistema eléctrico, la capacidad de las grandes máquinas rotativas de las centrales tradicionales para resistir cambios bruscos de frecuencia. La inercia en el sistema interconectado europeo la aportan las grandes turbinas y generadores síncronos que giran a una velocidad de 50 ciclos por segundo para mantener la frecuencia de 50 Hz.

Una alta penetración de fuentes de energía renovables, como la solar fotovoltaica o la eólica, que se acoplan a la red mediante electrónica de potencia, no aportan esta inercia de forma inherente, lo que desde el principio fue señalado como raíz del problema.

La inercia era la correcta. Sin embargo, la vicepresidenta tercera Sara Aagesen afirmó en el Senado que, en los momentos previos al apagón, el sistema eléctrico peninsular contaba con un nivel de inercia "acorde a las recomendaciones", según los datos que Red Eléctrica compartió con el Gobierno. En declaraciones recogidas por Europa Press, Aagesen especificó que este nivel era de 2,3 segundos, superando el objetivo de dos segundos establecido por la red de operadores europeos Entso-E.

Joan Groizard, Secretario de Estado de Energía, reforzó esta idea señalando que "muchos sistemas europeos operan frecuentemente con inercias inferiores a las que tenía el sistema eléctrico peninsular en los momentos anteriores al cero del 28A". Estas declaraciones oficiales desinflan, en parte, la teoría de que una falta crítica de inercia fuera la causa raíz del incidente.

Una secuencia de eventos anómalos. Las investigaciones apuntan a una serie de perturbaciones que precedieron al apagón. Tanto Aagesen como Groizard hablan de la detección de oscilaciones en el sistema eléctrico europeo horas antes del fallo. Una primera oscilación "anómala" de 0,6 Hz se registró sobre las 12:03, cuya procedencia, detectada en España, Francia e incluso Alemania, "todavía está por conocer", según la ministra. Una segunda oscilación más "habitual" de 0,2 Hz se percibió sobre las 12:19, incluso en zonas tan alejadas como Letonia, apuntó Groizard.

A continuación ocurrieron los tres eventos de pérdida de generación: en poco más de veinte segundos se desconectaron 2,2 gigavatios en las provincias de Granada, Badajoz y Sevilla, entre las 12:32:57 y las 12:33:17. Estos eventos coincidieron con una "situación de sobretensión en el sistema eléctrico peninsular, cuya causa y consecuencia están todavía por concretar".

Un problema de sobretensión. Groizard habla de picos de voltaje como raíz del apagón, aclarando que "el principal factor de disparo está asociado a la sobretensión". Pero el Gobierno no ha sido el primero en desviar el foco de la inercia. Luis Badesa, profesor de la Universidad Politécnica de Madrid, apuntó en un análisis previo que "dos fallos casi a la vez son muy poco probables y apuntan a un suceso común", planteando como sospechosas las "sobretensiones en líneas de 400 kV del suroeste, quizá ligadas a las oscilaciones previas".

El punto de no retorno llegó, según Badesa, a las 12:33:20, cuando "Iberia pierde la conexión con Francia y se convierte en una isla eléctrica; acto seguido, se desconectan masivamente las centrales". Entonces, con la península ibérica eléctricamente aislada, es cuando se pierde el sincronismo con el continente europeo. En ese instante, con un 59% de la electricidad proveniente de solar y un 11% de eólica, la inercia es insuficiente.

Después, la falta de inercia no ayudó. Es en este momento, con la península desconectada, cuando la inercia del sistema se vuelve crucial. Según Badesa: "con poca inercia, la frecuencia empezó a bajar y a cambiar muy deprisa". Esta rápida variación de frecuencia habría provocado el disparo de los relés de protección de numerosas centrales, "rematando el apagón".

La falta de inercia "agravó el problema final porque hizo saltar los RoCoF, pero el origen estuvo en varios cortes de generación casi simultáneos" previos, explicó Badesa, subrayando que "ningún operador diseña su red para soportar tres grupos fuera de servicio de golpe cuando está aislado". En otras palabras, "la baja inercia renovable no causó el fallo inicial, pero sí aceleró el colapso una vez que Iberia quedó sola".

A la espera del informe oficial. La información disponible sugiere que el apagón del 28 de abril no fue una consecuencia directa de la baja inercia por la penetración renovable, sino el resultado de una compleja cadena de oscilaciones anómalas en la red europea, seguidas de múltiples pérdidas de generación casi simultáneas, posiblemente ligadas a sobretensiones.

La conclusión preliminar es que la estabilidad de una red con creciente peso de las renovables no depende solo de la inercia, sino de la robustez general del sistema ante múltiples contingencias, como las oscilaciones interárea. Para las conclusiones definitivas, habrá que esperar al informe oficial, el Gobierno espera tener "en menos de tres meses".

Imagen | Diego Delso (CC BY-SA 4.0)

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La noticia Cuanto más se sabe del apagón en España, menos culpable parece la falta de inercia por las energías renovables fue publicada originalmente en Xataka por Matías S. Zavia .




Fuente: Xataka
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