China se está abriendo paso a empujones en un mercado en el que ni estaba ni se la esperaba: el de la alta fidelidad

China se está abriendo paso a empujones en un mercado en el que ni estaba ni se la esperaba: el de la alta fidelidad

China es la auténtica fábrica del mundo. Lo es desde hace más de dos décadas, pero el punto de inflexión en la estrategia comercial de este gigante de más de 1.400 millones de habitantes se produjo el 11 de diciembre de 2001. Ese día este país asiático entró en la Organización Mundial del Comercio (OMC), lo que le permitió competir en el mercado mundial amparado por un régimen tarifario homogéneo.

El resto es historia. En gran medida el éxito del modelo productivo chino se ha desarrollado sobre una mano de obra barata y unas condiciones laborales muy favorables para las empresas. El modelo de trabajo '996' que defiende Jack Ma, el fundador de Alibaba, y que consiste en trabajar desde las 9 h hasta las 21 h durante seis días a la semana, delata la filosofía de algunos empresarios chinos, aunque, afortunadamente para los trabajadores, el año pasado fue declarado ilegal por el Gobierno.

No obstante, las condiciones laborales de China no han favorecido solo a las empresas de este país asiático. Muchas compañías europeas, estadounidenses y japonesas, entre otras nacionalidades, también han aprovechado (y continúan haciéndolo) este modelo trasladando toda su producción, o, al menos, una parte de ella, a China. Y algunas de ellas son marcas de componentes de alta fidelidad que tradicionalmente fabricaban en sus países de origen. Lo que posiblemente no sospechaban cuando tomaron esta decisión es que estaban alimentando a una bestia que algún día podría devorarlas.

China ya está intimidando a las marcas intocables de la alta fidelidad

El mercado de los equipos de alta fidelidad ha estado liderado desde las décadas de los años 50 y 60 del siglo pasado por las empresas estadounidenses, europeas y japonesas. Durante los últimos años han emergido también algunas compañías en Taiwán, Corea del Sur, Australia o Nueva Zelanda, entre otros países, que han sido capaces de poner a punto propuestas muy atractivas. Sin embargo, a China le ha costado mucho abrirse paso en este mercado por una razón: debía combatir la percepción que defiende que los componentes de alta fidelidad diseñados y fabricados dentro de sus fronteras son de baja calidad.

Las marcas chinas ya están arrinconando esa percepción negativa de la calidad que tenían sus productos hasta hace poco tiempo más allá de sus fronteras

La percepción de la calidad es un factor muy importante en esta industria porque, precisamente, lo que nos propone a los entusiastas no es otra cosa que reproducir nuestra música con la máxima calidad y la mayor capacidad expresiva posibles. La calidad está codificada en su ADN. Aunque le ha costado, basta echar un vistazo a los foros y las publicaciones especializadas para darnos cuenta de que las marcas chinas ya están arrinconando esa percepción negativa que tenían sus productos hasta hace poco tiempo más allá de sus fronteras.

Algunas de las marcas que están recibiendo elogios tanto desde la comunidad de usuarios como por parte de la prensa especializada son Denafrips, que se ha granjeado una reputación muy positiva por la elevada calidad de sus DAC; Cayin, que tiene un porfolio de productos muy amplio en el que destacan sus amplificadores integrados y etapas de potencia con válvulas de vacío; Xindak, que tiene unas electrónicas a transistores e híbridas muy respetadas por su construcción y su sonido; o FiiO, que se ha abierto paso, sobre todo, con sus DAC y amplificadores para auriculares.

Todas estas marcas, y algunas otras, tienen un porfolio de productos amplio que destaca por la relación calidad/precio de sus propuestas. Nosotros hemos tenido la oportunidad de probar varios componentes de alta fidelidad de origen chino, y algunos de ellos nos han gustado mucho por su acabado y calidad de sonido. De hecho, algunas de estas marcas también nos proponen soluciones prémium de precio elevado que aspiran a competir de tú a tú con los mejores componentes de alta fidelidad de las marcas occidentales y japonesas.

Algunos fabricantes chinos nos proponen soluciones prémium de precio elevado que aspiran a competir de tú a tú con los mejores componentes de alta fidelidad occidentales y japoneses

Los auriculares Susvara de HiFiMan tienen este pedigrí. Los analizamos hace ya algo más de cuatro años, y nos encantaron. No solo suenan de maravilla; además, están impecablemente diseñados y acabados. De hecho, pelean en la misma liga en la que compiten los mejores auriculares de marcas como Grado, Sennheiser, Stax, Audeze o AKG, entre muchas otras. Eso sí, son muy caros: cuestan 6.499 euros. Es evidente que no todo lo que procede de China es barato y poco ambicioso.

Otro producto chino que conozco bien, y que también destaca por su calidad, es el amplificador integrado con válvulas de vacío CS-845 A de Cayin. Podéis verlo en la imagen de portada de este artículo. Es un componente de gama alta construido como un auténtico tanque (pesa 37 kg) que trabaja en clase A pura, entrega 24 vatios por canal, y que destaca por la gran calidad de sus transformadores de origen alemán. Y por su sonido. Compite con las propuestas de marcas como McIntosh, PrimaLuna, Copland o Audio Research, entre otras. Es un hecho: China ha llegado a la industria de la alta fidelidad. Y va a quedarse.

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La noticia China se está abriendo paso a empujones en un mercado en el que ni estaba ni se la esperaba: el de la alta fidelidad fue publicada originalmente en Xataka por Juan Carlos López .




Fuente: Xataka
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