La fecha que sí se olvida: 48 años de “lágrimas” de propaganda

La fecha que sí se olvida: 48 años de “lágrimas” de propaganda

A 48 años de la matanza de estudiantes aquel 2 de octubre en Tlatelolco la justicia parece desvanecer y las ‘lágrimas’ en homenajes cada año, comienzan poco a poco darle forma a una fecha conmemorativa más. Sí, como la del 13 de septiembre que celebra el sacrificio de los Niños Héroes y ya no busca a los culpables, ahora sólo son marchas, retóricas de políticos y hasta peculiares eventos como la carrera de 5 kilómetros para recordar a los caídos del 68 que se llevará en el municipio de Nezahualcóyotl.

A pesar de que, en entrevista exclusiva, el profesor Raúl Trejo Delarbre dice que: “Hoy en día gracias a todos los partidos políticos, por iniciativa del senador del PAN Javier Corral, en México está considerado el 2 de octubre como luto nacional y ya forma parte del calendario cívico mexicano”, la justicia aún no llega para quienes lo vivieron y sintieron, como los integrantes del Comité del 68 quienes han pedido que se reabra el caso en contra del ex presidente de México Luís Echeverría.

 El trabajo por derribar el mito del 68

Ya sea por exageraciones propias de la falta de información precisa o de la intención premeditada de algunos medios por tocar el tema de la matanza de Tlatelolco con la idea de atraer audiencia a costa del morbo, el profesor Tejo Delarbre considera que si bien es “una fecha mítica, hoy en día no se comprende qué pasó ni las dimensiones de lo que sucedió.”

Y abunda:

“Por ejemplo: hay quien dice que el 2 de octubre hubo una masacre de centenares de personas, y eso no es cierto, el 2 de octubre murieron varias docenas de personas, fundamentalmente estudiantes desarmados."

Y en este asunto de aclarar a la sociedad qué es lo que realmente sucedió y en qué dimensiones, el papel de los medios de comunicación cobra relevancia sustancial, ya que “la misión que tienen en ese asunto [hablar del 2 de octubre] es mantener viva la memoria de un acontecimiento que ya está muy lejano para las nuevas generaciones. Es contar esa historia sin exageraciones, contarla en su justa dimensión”, agrega Trejo Delarbre. “Tendrían que ir más allá de su papel como informadores y de asumir una función muy activa en la promoción de una cultura de la legalidad.”

Porque también es preciso anotar que la generalización de que todo aquel integrante del PRI está y estuvo de acuerdo es un mito: “También hay que decir que en 1968 no todos los Priístas estaban de acuerdo con las acciones del Presidente de la República, no lo decían de manera abierta, aunque la discusión en el Senado de la República hubo Priístas que no sólo no festejaron sino que tuvieron expresiones de no aprobación, hay que recordar discursos y actitudes de senadores como el de Rafael Galván que luego fue dirigente de los trabajadores electricistas, es decir en el PRI nunca hubo unanimidad para aprobar este asesinato”, recuerda el profesor Raúl.

De la justicia por la matanza del 68 a la propaganda descarada

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A veces, sin darnos cuenta, día a día, año con año, se van olvidando y desgastando los ideales que en un principio dieron vida a alguna causa social, por supuesto el caso del movimiento del 68 no es la excepción, porque si bien ahora resulta “normal” observar diversas manifestaciones, en aquella época, agrega el profesor Raúl Trejo, “los estudiantes querían que hubiera derecho de salir a las calles, que se abrogara una legislación en el código penal que impedía manifestaciones como las que ellos hacían, querían que fueran destituidos los jefes policíacos que habían realizado acciones de represión, querían que desapareciera el cuerpo de granaderos, y querían que fueran excarcelados los presos políticos.”

Algo que hoy en día ha sido hasta utilizado de manera cínica e incongruente por algunos políticos.

Y es que, como indica Trejo Delarbre, "si la justicia que se podía lograr, ya se logró porque incluso han transcurrido tantos años que en términos legales sería imposible encarcelar a los responsables directos, la mayor parte de los cuales ya han fallecido, comenzando por el Presidente Díaz Ordaz”, también es una realidad que debido a que “Ha pasado tanto tiempo que ya ni siquiera los Priístas se identifican con aquellos acontecimientos”, lo cual hace pensar que por este motivo algunos de ellos han conmemorado el 2 de octubre aún a pesar de la crítica social a la cual han sido expuestos, como el caso del Presidente Enrique Peña Nieto en 2013:

Y el de la Presidencia de la República el mismo día y año:


Ahora, a 48 años de distancia de aquel día rojo del 68 (no por los comunistas de los que hablaba el Presidente Díaz Ordaz, sino por la sangre derramada de estudiantes), la justicia parece ir al olvido y desvanecer año con año como indica Trejo Delarbre: “Desde el punto de vista jurídico ya no es perseguible ese acontecimiento a menos que se considerase que en el 68 hubo una acción de genocidio, que es lo que permitiría que la justicia internacional dictaminara a favor de las víctimas del 68, pero un genocidio según la legislación internacional, es la acción de exterminio que emprende un Estado en contra de un sector de la sociedad y eso no ocurrió, no había una política de exterminio contra todos los estudiantes, por fortuna, de tal manera que no hay cómo lograr justicia formal."

Y luego de que la justicia ya no llegó, se perdió y huyó en el tiempo, ahora “cualquier político de cualquier partido busca oportunidades para exhibirse en el espacio público, tanto en las tribunas parlamentarias como en los medios de comunicación o en ambos si pueden.” Y es que como “no hay político que desaproveche esta oportunidad. Cada año vemos políticos cuyo comportamiento dista mucho de ser congruente con los principios que defendieron los estudiantes del 68 y que se llenan la boca pronunciando discursos muy engolados hablando de la democracia y del combate a la represión, eso existe, igual que con cualquier otra causa”, señala el académico Raúl Trejo Delarbre. 


Muestra de esto es lo que han hecho diversos políticos como el caso de Marcelo Ebrard, ex integrante del PRI, cuando conmemoraba el 2 de octubre de 2012, otro caso es el de la delegada de Tlapan Claudia Sheinbaum, o el de Ricardo Monreal cuando llegó temprano a trabajar y conmemoró a los caídos del 68, qué tal cuando Jefes delegacionales no se quisieron quedar atrás y homenajearon a los caídos del 2 de octubre, y claro que no es justo dejar a un lado la idea de Raymundo Martínez Vite quien propone cambiar el nombre del metro Tlatelolco por Tlalelolco 2 de octubre de 1968.

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Pero si de estar en el momento adecuado se trata y con tal de hablar del 68 de manera peculiar, es inevitable recordar aquel momento en el que Integrantes de la Federación Universitaria Potosina (FUP), perteneciente a la Universidad Autónoma de San Luis Potosí, utilizaron guantes blancos (sí, como los que usó el Batallón Olimpia acusado de infiltrarse en el movimiento y provocar la matanza de los estudiantes del 68) para conmemorar un aniversario más del 2 de octubre.

El recuento de lo que los políticos actuales pueden hacer para estar presentes en esta “efeméride” de nuestro calendario cívico puede ser más extenso de lo que nos da la imaginación, pero la muestra de que diversos integrantes del PRI actual parecen tener desconocimiento de lo que representa la masacre del 68 es la que nos dio el actual Gobernador de Chiapas, Manuel Velasco cuando utilizó la misma frase que Díaz Ordaz dijo casi un mes antes de la matanza de Tlatelolco, o cuando el 2 de octubre de 2015 en la Asamblea Legislativa del DF el PRI aprovechó para reclamar a Morena y al PRD otros acontecimientos ocurridos en la Ciudad de México como el caso Lobohombo, el News Divine y los tres policías linchados en Tláhuac, hechos completamente descontextualizados de lo que hizo el ejército mexicano en contra de estudiantes desarmados en Tlatelolco.


Lo que nos queda más allá de las lecciones

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Si bien es cierto que por un lado es importante no olvidar la causa y lo que lograron los estudiantes del 68, por otro lado aún queda la sensación de que la justicia no llega en su justa dimensión y es que eso, como lo indica el profesor Trejo Delarbre, tiene que ver más con lo que hace falta en la sociedad “porque en nuestra vida cotidiana constantemente presenciamos acciones de insuficiente o nula justicia: los asaltantes de transeúntes que no son detenidos, los policías que extorsionan, los funcionarios públicos que en las ventanillas piden sobornos para que hagamos trámites, todo el tiempo estamos sumidos en un océano de arbitrariedades e ilegalidades, por eso es muy natural esa percepción de que no hay justicia.” Y así, sin culpables y sin castigo, es que el 2 de octubre sí se olvida.





Fuente: Hipertextual
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